Todas las cosas, todas las circunstancias, que se suceden fuera de nosotros, en el escenario de este mundo, son exclusivamente el reflejo de lo que interiormente llevamos. Con justa razón podemos aseverar solemnemente que "lo exterior es el reflejo de lo interior".
Para concentrarse tiene que mirar la forma, de qué material está hecho, para qué fue hecho y va penetrando usted dentro de ese aparato hasta ver por dentro cómo es, todo, para poder llegar a una síntesis, a un sólo pensamiento; de lo contrario entonces comienza a traer cincuenta cosas a uno la mente ahí, referente al mismo aparato; entonces, tratar uno de penetrar dentro del mismo aparato.
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